PATATAS A LA RIOJANA

¡Hola a todos! ¿Cómo he podido tardar tanto en publicar recetas nuevas? Se me pasa el tiempo volando... y entre tanta ocupación... Vacaciones, bodas, vuelta al trabajo... 
Pero aquí sigo a la carga otra vez y recopilando nuevas ideas para experimentar y ofreceros todo lo que salga de mi cocina.
La receta que hoy publico es un clásico de la cocina regional española; no solamente se hace en La Rioja, si no que también es típica en sus alrededores y si queréis puede ser parte del menú semanal de vuestros hogares. Una receta sencilla, ingredientes de siempre y con saborazo. 
En cuanto a calorías no se cuela tanto si nos tomamos una ración medianita acompañada de una buena ensalada como acompañamiento. Tampoco hay que tenerle tanto miedo al chorizo... que un choricico a la semana no nos va a hacer daño... ¡que el chorizo es algo muy nuestro! ¡producto español! Y hay que consumirlo, eso sí, con cierta moderación.
Os dejo con este pedazo de plato.

INGREDIENTES: (4 personas)

- 2 dientes de ajo

- 1 cebolla pequeña

- Aceite de oliva virgen extra

- Pimentón de la Vera

- 1 cayena pequeñita

- 1 hoja de laurel

- 4 chorizos

- 1 kilo de patatas de guiso

- 1 pastilla de caldo

- Sal

- Perejil fresco

PREPARACIÓN:

- Picar los ajos y la cebolla muy menuditos y sofreírlo en la olla donde vayamos a hacer el guiso, con un poco de aceite de oliva y sal.

- Añadimos una cucharadita de pimentón de la Vera y removemos sin dejar que se tueste mucho para que no amargue.

- Inmediatamente después añadimos los chorizos cortados en rodajas medianitas y removemos.

-  Añadimos las patatas peladas y sin impurezas, chascadas (rajar con el cuchillo y terminar chascando el trozo de patata; esto es para que suelte el almidón la patata en el guiso y se quede más trabado). Removemos unos minutos a fuego suave.

- Cubrimos de agua, añadimos la hoja de laurel, la pastilla de caldo y una cayena pequeñita que le va a dar un punto ligeramente picante muy interesante. 

- Hervimos a fuego medio durante 15 minutos aproximadamente (o hasta que la patata esté tierna, pero que no se deshaga). 

- Servimos en cazuelas de barro individuales y poner un poco de perejil fresco picadito por encima. 

¡A disfrutar!